I. y está, por fin, la escena. la escena aquella. es ya casi el final. el final de todo. pero aún no es. tony soprano va a entrar en la unidad de hospitalización. el abrigo oscuro, azul, largo. el hombre, grande, en sobrepeso, crónicamente cansado. la acaba de "tener" con phil leotardo. pero aquí va siempre todo compartimentado. lo de leotardo es con leotardo. lo del hijo es con el hijo. la enfermera le dice que no se puede pasar comida. hay que firmar. deja ahí la pizza paternal, la pizza cómplice. le abren. la cámara (nuestros ojos) se queda "a este lado" del cristal. el hijo, de pie, al otro lado. le abraza. la pizza cómplice no puede pasar. el abrazo cómplice sí. acompaña la escena una música italiana. "de la niña de la puebla pero italiana", me dice la cuñadita. el mismo hijo al que le ha tenido que andar pegando toda la serie.
II. a primera hora. la primera luz del día. un mercedes todo terreno entra en la ciudad mientras tú dejas la ciudad. entran. la niña, púber, adolescente, en el asiento de al lado, la copiloto, mira, mirada fija, no perdida, ojo, sino fija, al frente. ves el aburrimiento, pero también una pizca de enfado. enfado de convivencia. enfado de erosión diaria. ese enfado de base más uno de desencuentro agudo, reciente. ese punto tostado que le da a la convivencia la urbanización. la madre (a la madre) no la ves. el sol de esa hora, ya sabes. pero sabes que conduce. ese no mirarse es de chica con(tra) madre.
III. nada les hiere tanto como que sobrevivas a los ataques.
IV. si todavía "veo" la escena es porque me he quedado.
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