I. pereira sostiene una mirada curiosa sobre lisboa. aunque es mayor, aunque ha enviudado, aunque dirige un minúsculo y endeble suplemento cultural de un periódico muy menor, en una redacción fea, pobre, pereira sostiene, pese a todo, contra todo, una mirada curiosa sobre lo que está por venir en una lisboa en la que se alternan la brisa del atlántico y el bochornoso constant heat. pereira es viejo pero es joven. pereira mira. pereira busca (no importa qué). pereira vive.
II. federico mayol emprende un viaje de ida, un viaje de lo más vertical. su mujer le ha echado de casa. ya no es un político catalán. ya no es un empresario en activo. ahora es un septuagenario perplejo que se reinventa a sí mismo. que cae por los desfiladeros verticales de madeira mientras un aire fresco le inunda la boca de nuevos sabores. cómo puede estar el aire tan fresco en la boca en un viaje tan lento, eso es algo que pereira ni nadie puede contestar.
III. jack vive con babette, su cuarta esposa y una montonera de hijos de los distintos matrimonios de cada uno, apacible y sereno, enseñando sobre hitler, contemplando a los nuevos estudiantes que llegan al campus cada septiembre. en una ceremonia de coches ranchera casi idénticos que no se pierde desde hace más de veinte ños. desde lo alto de la colina contempla esta escena. la mira. el gas tóxico todavía no ha llegado. jack cuida lo que quiere.
IV. @lolaschul, @itsme_mai y @janamp nos convocan, desde ya, con estos nuestros viejos nuevos amigos, a la eternidad, donde estaremos de nuevo todos juntos, tras caer de ese precioso oceanic 815. sabemos que no moriremos.
V. pregunto a un querido amigo a qué vino nos vamos a consagrar, casi profesional, devotamente, este otoño. qué vino nos acompañará cálidamente en los días destemplados. estos días por venir que han llegado ya.
VI. mientras estas bellísimas realidades paralelas se suceden, imparables, salpicándonos como gotas finas de agua de mar, en la proa de un velero, seres extraños y codiciosos que antes ocupaban la Realidad y ahora sólo acartonados telediarios se van perdiendo a lo lejos. sus rostros cada vez más borrosos, sus voces casi apagadas.
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