I. finalmente fui al concierto de nacho vegas el mismo día que él también iba. me acordé de don delillo aquel día, en el estrado, recogiendo un premio mientras decía algo así como: "ustedes disculpen que yo hoy no haya venido". el caso es que estábamos allí y era claro, muy claro, que éramos dos hombres en ruinas.
II. mi amigo r. es negligente con sus perlas. las suelta, se va y no las recoge. así que se las recojo yo, algunas. hoy me ha dicho varias: "la gente no busca la felicidad, busca mantener sus mundos controlados". "en realidad todo va sobre la incertidumbre". "no se habla nunca de las heterosexuales reprimidas". "a partir de la decepción se puede ya construir algo. sólo sea un castillito modesto". "el otro día me dijeron que era muy humano. aparte de sentarme fatal, me quedé pensando en cómo le atribuimos a la condición de humano sólo lo bueno, sólo lo idealizado. como si pasáramos todo lo que somos por un tamiz, el tamiz de lo feo y de lo agresivo. como buscadores de oro".
III. los perros fieros andan buscando alguien que no les tenga miedo. las personas, lo mismo.
IV. habitarse. me quedo pensando en eso. en habitarme.
V. estuve con la cuñadita visitando a unos perritos y de regalo conocimos a un señor belga que es luthier. no sé cómo es eso. pero si sé que construye guitarras españolas y nos enseñó dónde y cómo las hace. es uno de esos ancianos jóvenes que tanto gusto da ver y conocer. nos hablaba de la influencia enorme que había supuesto para él un otro amigo que construía tubos de escape (y otras piezas de motos) siguiendo la fórmula áurea. pero lo que más me impresionó es que hablando del sonido de las guitarras, nos decía, con respecto al sonido: una cosa es que suene fuerte, que tenga potencia y otra, muy distinta, que llegue lejos.
VI. si algo nos detiene es la exigencia. por mucho que lo sepamos, por avisados que estemos, ahí está operando, abortando, deteniendo, trabando, impediendo, la muy puta. en la esquina de la embajada de irlanda tengo la costumbre, muy antigua, de comerme uno de esos conos naranjas grandes. me lo como y lo arrastro. yo digo que es un cono y don emilio castelar que no, que es la exigencia (naranja, si quieres, me concede).
VII. fui a dar una conferencia a alicante. una de las tipas tenía un reproductor altavoz con un ipod en el suelo en su despacho. donde yo trabajo eso sería "patada a seguir" (patada a seguir el ipod). no sé si les va a servir de mucho lo que les dije.
April a la altura de abril. Un abrazo
ResponderEliminarLo que daría por asistir a una de tus conferencias.
ResponderEliminarI.No querías encontrarte con él-Nacho Vegas-por no ver su ruina, por eso te equivocabas de fecha.El mayor descubrimiento de Freud son los actos fallidos.Tu supuesta ruina sólo es una pose literaria porque la ruina es más amorosa/algodonosa que el éxito que siempre despierta envidias y "enemigos íntimos."
ResponderEliminarII.Para la mayor parte de la gente la felicidad es la calma, el"no news,good news".Para los codiciosos la felicidad es el poder y el dinero;para los lujuriosos el sexco;para los envidiosos la ruina del odiado/admirado/amado y así hasta los 7-8 pecados capitales.
III.Ningún perro fiero mantiene su fiereza si le sostienes la mirada fija en sus ojos(#amansamientosatávicos)
IV.Me gusta eso de habitarse/habitarme.Yo de mucho más mayor quiero ser ese anciano-joven del que hablas,un luthier de la vida,
V.Sí, lo más importante no es que suene fuerte sino que suene lejos, que llegue a mucha gente.Yo cada vez más valoro la inteligencia social,en la que antes no reparaba.
VI.La exigencia es el superyo social del hombre honesto,bendita sea.
VII.Gracias por dejarme entrar y moverme por este blog con el desparpajo un poco insolente de una beata en una iglesia.
a la misma altuta que nacho vegas? ya te gustaría
ResponderEliminarLa exigencia, ese concepto oscilobatiente que se mueve entre "esa puta" y "bendita sea".
ResponderEliminarMola que te cagas
Anónimo, cuánta envidia ¿no?, pobre...
La exigencia,!!!!!que puta¡¡¡¡
ResponderEliminarMaravilloooso april.
ResponderEliminarPapuchi: me equivoqué yo, esta vez no me pregunto por qué..., para qué?
yo no hablaba de altura. tengo mal de alturas. el mal consiste en que me es indiferente la altura. yo, a lo que aspiro, es a seguir rodando.
ResponderEliminarPues suerte en tu camino
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