I. la semana pasada, r se sienta en mi sillón y me dice que el día anterior, ayer, había llegado él solo a una conclusión. la conclusión, al principio, le había turbado ligeramente. después, pasados unos segundos, le había tranquilizado enormemente. la conclusión era: "las cosas nunca van a ir mejor". "irán peor, pero no mejor". para encontrarle el efecto tranquilizador a la conclusión se hace imprescindible Pensar.
II. debajo de casa han puesto un chino. esto es una novedad. le dije a la cuñadita que habíamos de ir a presentar nuestros respetos a los nuevos vecinos. y más si son chinos, le dije. uno nunca sabe cuándo va a necesitar a los vecinos y aún menos a los chinos. después de una conversación en la que les preguntábamos por el horario y nos daban conguitos, llegó el aclarado en la zona. el aclarado fatal. abrían, abren, de 10 a 8. o sea, los chinos tienen un horario de trabajo mejor que el mío. les quería preguntar a los chinos si eran repetidores o asimilados o apátridas chinos expatriados o del cupo de chinos que china había declarado irrecuperables. ¿éstos son los que nos van a invadir, los que nos van a enderezar el país? luego me calmé y pensé que resulta inútil pero tranquilizador contar con unos chinos oblomov en el barrio.
III. hoy que concluyo "aires de dylan", va y muere antonio tabucchi. este verano releí "sostiene pereira". extraje dos grandes mensajes de ese libro y de su autor. una, las tortillas de hierbas: se puede sobrevivir alimentándose de toneladas de tortillas. el otro gran mensaje, que es un mensaje en las antípodas del mensaje que vincent siempre me inyecta, es que sí importa. que sí que importa.
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