el tablero y la escarcha

I. primero fueron los días del calor. bueno, primero vino la hostia y después los días del calor. del hierro candente en el cráneo. esos días, los del calor, nada. la tarea se limita a esperar que baje la temperatura. cualquier cosa va a ser un error. entonces, nada. callar. contener. luego, el afecto declina y vienen los días blancos, los días del frío. me he sentado y he mirado el tablero. podía ver las piezas. es extraño pero bajo la mesa del tablero he visto escarcha. una escarcha bonita. como de duelo de katanas femeninas bajo la nieve de kill bill, pero en escarcha. una fina. ahí, en el suelo. a los pies del tablero. de ese tablero al que ahora miro.

II. he conservado las claves porque eso es algo que ha de hacerse siempre en tiempos de tempestad. he trabajado con rigor, con ortodoxia, he leído "ruido de fondo" en el kindle mientras las niñas se bañaban y me he ido a correr. me he ido a correr porque yo ahora soy arda turan. entonces, he mantenido las claves y he mirado el tablero escarchado. la cuñadita me enseña, paciente, cómo estirar con ortodoxia. es muy importante el estiramiento y es importante hacerlo bien, muy bien. tengo mucha paz.

III. escribía vila-matas que, por más que uno viaje, la vida se la juega uno en su casa. escribo yo que por mucho ruido que haya fuera, al final la vida que uno vive es la de adentro. ese aceite. ese mar.