I. me cuenta r que está malo. que lo que más le jode de estar malo es que le cuesta más fumar. meterse todo ese humo abajo a presión mientras se empuja figuradamente con la mano abajo hacia la boca le pregunta su chica si se ha puesto el termómetro, pero dice que para qué. que eso no va a cambiar nada. saberlo no va a cambiar nada. la secuencia va a ser la misma: pildorazo y trabajar mañana y tarde hasta la noche. en medio, más pastillazos. con respecto a las causas, vuelve este debate sobre los pies mojados. él no cree en los virus. no cree que existan. se cree más que algo que hay en un charco te llega a los pies y va subiendo como un alpinista y se te cuela por la boca y se te agarra a la garganta. que eso le cuadra más. "el puto agua", me dice. "cuando te la bebes, cuando te moja los pies". el agua no es nunca una buena idea y hasta se la puede pensar como un pequeño gesto autodestructivo. de la familia de esos daños que se inflige uno a uno mismo. sentimientos de culpa pequeños no localizados te llevan al agua. "si drenasen y anegasen todos los pantanos del mundo, no habría agua y por tanto enfermedad". la verdad es que cuando veo a r de buena mañana con una botella de agua sé, con la certeza de las cosas ciertas, que ese día va a ir a machete. que es un día que hay que atravesar. que es todo maleza.
II. por mi parte, ésta, supongo que fiebre, me aumenta (más) la mala hostia y me retira la (poca) piedad que me queda. me roba la compasión. mi propia teoría de la conspiración febril es que ayer pusieron aire acondicionado de ese caliente que lo carga el demonio. creo que ayer no puse aire acondicionado frío en el coche y eso me llevó a sentirme solo y eso me entristeció y luego vino el puto aire caliente a enfermarme. los virus no están en nuestro repertorio como causantes de enfermedades. los virus pertenecen como dios a las cosas muy extendidas y respetadas pero que nunca hemos visto.
III. mike d'antoni, lo mismo que tito vilanova, en el papel de tim cook, en la silla de tortura que dejó caliente el gran carisma. eso coloca, de facto, sin hacer nada, a phil jackson como una nube, como esa gorra de contaminación permanente, planeando, flotando sobre el staples. arriba jobs, jackson y pep, con esa cualidad de nunca haberse ido del todo. la permanencia, la impregnación del aroma a gran carisma. una obra para damien hirst.
"hacerse un tim cook" lo llamaremos a esto.
ResponderEliminarllegar a un sitio así. sentarse en esas butacas que todavía irradian el calor del carisma. un calor que crees que se va a ir pero no se va ( a ir).
jobs no creyó en los cánceres de páncreas salvables, en esa pequeña variedad de cánceres de páncreas de relativo buen pronóstico.
a pep no le compensó estar semana sí, semana también peleándose con ese que parece que está oliendo bolas de heces siempre, el hombre de la mueca de estar oliendo a bolitas de caca bajo su nariz, ese gesto necrófilo tan suyo, sobre (siempre sobre) el caballo del desprecio.
phil no lo veía y no lo veía.
esas mentes están activas, ¿qué estarán pensando esas mentes, desde las nieves?
Los virus son los putos amos del Universo.Alguna vez nos echarán del planetaccomo expulsarn a los diplodocus.Cuando las crisis y las guerras hayan acabado con r.,LV y Franmartin ellos seguirán ahí inmunes
ResponderEliminarhay otro gran impregnador: luis aragonés. está en la nuca de del bosque en cada convocatoria y cada partido, aún después de una copa del mundo y otra de europa.
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