I. los Implacables lo son a diario, muchos minutos al día (on a regular basis). no en un momento agudo. son una forma de estar en el mundo. tal vez la crítica sea la actividad humana por excelencia. me los imagino en una cadena de montaje. ellos con el mono de operario y un martillo de goma en la mano, empuñadura continental, por la cadena avanzan nueces. las nueces somos los demás. cualquier demás. una imagen robótica. certera.
II. los implacables no saben que son implacables (no awareness). para saber eso, si lo son, vive cerca o pregunta a los que viven cerca. no les preguntes a ellos porque ellos no lo saben. a veces lo saben, pronto lo olvidan.
III. los implacables se ven a sí mismos como justificados. si el otro lo hiciese bien, ellos soltarían el martillo. ¿qué más quisieran ellos que soltar el martillo? #mentira
IV. los implacables cargan todo (el peso de sus razones) del lado de la nuez errada. nunca miran el mono de trabajo de operario implacable. todos sus ojos son para esas nueces.
V. los implacables creen que critica para mejorar al criticado. que lo espolean. #mentira. la única crítica que ayuda a mejorar es la moderada (en intensidad), recortada en el tiempo (breve) y argumentada. jamás la implacable.
VI. la intensidad de lo implacable no hay que buscarla en la naturaleza errónea de la nuez, sino en la mala sangre y el sadismo propios del operario. de ahí nace. de ahí es. es suya.
VII. el implacable cotidiano constante necesita serlo porque de otra manera, de no serlo, la tarea sería (esporádicamente es) martillearse los dedos propios. por eso, que no falten las nueces ajenas. la mera existencia de los Otros y su empeño en seguir haciendo cosas, en seguir moviéndose, garantiza la fuente eterna, el eterno manantial de nueces.
VIII. lo implacable es un lugar moral auto arrogado. el operario implacable se sube a un trono moral. nadie se lo ha dado, no lo merece ni ha hecho nada por conseguirlo. pero al ocupar ese trono alzado, por definición ya no es nuez. ha comprado el lugar de la Virtud. #oh
IX. scott fítzgerald comienza el gran gatsby así: “cuando yo era más joven y más vulnerable, mi padre me dio un consejo en el que no he dejado de pensar desde entonces: “antes de criticar a nadie, me dijo, recuerda que no todo el mundo ha tenido las ventajas que has tenido tú".
X. el mejor elefante es al que no se le dispara.
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