I. y anoche "amor", de haneke. haneke que no conoce la piedad. siempre ahí. en el sitio. donde duele. donde turba. pensé que era el anti april fool o también un algodón desmaquillante. lo pasa por los adornos y te deja la realidad ahí, como es, desnuda, cruda. pensé luego en las distracciones. en la enorme cantidad de tiempo y energía consagradas a que una persona distraiga su atención de lo difícil, de lo duro. el otro día entré a un quirófano para una cosa menor. me trataban distinto, como a niño, estaba una especie de radio pero en la que los locutores no hablaban, sólo éxitos de música non stop y además me hablaban. yo había decidido controlar mi respiración y relajarme, casi dormirme. me preguntaron si prefería que no me hablaran. era gente muy amable así que no quería herir sus sentimientos. pensé que si no contestaba, estaba con los ojos cerrados, respirando, acostado, lejos, ellas entenderían. y entendieron. no quería parque de bolas. luego, anoche, pensé cuál es el tiempo este de distracción, los minutos evasivos, todas las triquiñuelas y cuál era el tiempo real, el tiempo vivido, el saldo disponible y si había tal tiempo o no. antes había visto "cosmópolis" y el marido le había dicho a la esposa, resignado, "we are real people in the world. we have to eat and talk". el "have to" le confería la altura de vuelo.
II. vimos el "amor" en filmin. al terminar, la puntuamos y quisimos añadir un comentario. la cuñadita escribió algo así como que el que sale de ver una peli de haneke es distinto del que entró a verla. justo antes, minutos antes, había otro. otro comentario. se llamaba piluri. el comentario decía: "acabo de terminar de ver la película. tengo ochenta años. ¿qué puedo decir?"
III. el comentario quedaba ahí suspendido, como diente a punto de caerse, apenas sujeto por un hilito de carne a la encía. quedó como un alarido a la vez sordo y agudo en la noche. piluri.
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