I. de repente, éramos todos espectadores.
II. sólo espectadores.
III. yo antes tuiteaba pero ya no porque ya no miro la tele.
IV. no tele, no twitter. no habría twitter sin tele.
V. éramos los espectadores. mirábamos y opinábamos. había espectáculos de fuegos artificiales, de cantantes aficionados, de cocineros aficionados, de prostitutas aficionadas. mirábamos espectáculos ajenos. esto creaba la ficción en los espectadores de estar participando, de estar haciendo. espectadores críticos. comentaristas. la rueda había dejado de moverse.
VI. era una tele que no llevaba a otra cosa. una tele que no hacía al espectador transportarse a otras inquietudes, a otros intereses, a otros mundos. una tele que no movía las bolas del billar. que no las hacía chascar. la tele llevaba a la tele y ya. una tele dentro de una tele. era un círculo. era un circuito. un parque de bolas infantil.
VII. mirábamos, opinábamos, criticábamos. era nuestra tarea. y habíamos dejado de hacer, de labrar, de aportar, de construir, de buscar, de aventurarnos, de pulirnos.
VIII. habíamos dejado de hacer y no lo sabíamos.
Yo "necesito" la tele porque habla alemán mejor que yo. Es la mejor manera de retomar una vieja amistad
ResponderEliminaryo el IV no lo veo del todo así. digamos que tele+twitter es un matrimonio fácil. o sea, un primer matrimonio. pero todo tiene mucho más recorrido, tanto como para echar de menos a gente que aporta tanto. los flamencos en la charca es ahora el gran problema de twitter. hacen falta orangutanes que reestablezcan el ecosisteme. #esoesasí
ResponderEliminary si los orangutanes ya no quieren pelear la charca?
Eliminar