04 enero 2012

mis bad boys

I. esto era antes. llegabas a un nuevo cuarto de hotel, siempre otro, a deshoras. invierno a cuchillo. el ruido de fondo de la soledad aprieta. como un conjuro, encendías la tele y allí estaba. el cuchillo chino capaz de filetear ladrillos. la era de la burbuja. de ahí los ladrillos, supongo. los chinos, todavía escasos. perplejidad contra perplejidad y se neutralizaba el desasosiego. sabías que debían ser las 4. en la noche desabrida e indiferente, ese punto de familiaridad. el cuchillo de cocina chino. el que filetea ladrillos.

II. me gustaba más el kindle de las teclas que éste último. no obstante, no tengo ninguno. concentrado como estoy en no poseer nada nuevo. lo único que me erotizaría sería una blackberry dakota. ahora que blackberry se hunde, pienso que debió de ser en un momento como éste, similar a éste, hará 36-37 años que me hice del atleti. no sabría decirte si no comprarla ahora es un gesto, un signo de salud, de mejoría o uno de empeoramiento. la verdad es que no lo sé.

III. grabé para ver otra de mis debilidades actualmente muy perdedoras. los pistons de detroit en la era de los bad boys. era el lock out y los reponían. fue una experiencia extraña. los tenías ahí. con esos pantalones tan cortitos de entonces. al microondas johnson y su heterodoxo tiro, al rodman pre-loco, la suspensión armónica deliciosa de joe dumars, isiah el mismo demonio. pero la voz estaba doblada. no eran montes y daimiel. no eran en v.o. aquellos no eran mis cabrones y los quité. aquello no era. no.

IV. las cosas parece que están así. están así, las escribo así.

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