I. pequeños idiotas que montan mucho ruido pero no dejan de ser pequeños idiotas. me recuerdan a michael, el de lost. coacción a base de chillar mucho y cerca de la cara del interlocutor. la receta: enérvese mucho. si no le sale natural, da igual, fínjalo, usted enérvese, pongase rojo, hinche la vena del cuello. ahora aproxímese a la otra persona. chíllele. mírele a los ojos. los de usted muy abiertos. conforme chille, acérquese un poco más. ligera inclinación del tronco hacia delante. según los casos, puede usted bracear. esto, bracear, depende de la ocasión. recuerde hacerse el indignado. aluda a sus derechos de usted. trate de hacer sentir culpable al otro. no sea breve. dése unos minutos. antes de que haya réplica, márchese. airado. abandone el lugar. recuerde que, en cualquier caso, el ofendido es usted. recuerde que no entiende cómo le han hecho lo que quiera que le hayan hecho. importante: está usted ofendido.
II. del otro lado, la receta: observe la secuencia friamente. mire a ver si se cumplen los pasos de I. gócelo. no mueva un músculo. no baje la mirada. la mirada sólo ha de expresar interés por el fenómeno observado. el arte es hacer de lo desagradable un apasionante objeto de estudio.
III. anote en la agenda. cuando sea el momento, con máxima frialdad y precisión, descabelle al idiota. nota: si lo ve sufriendo no lo haga. déjelo hervir a su fuego. no ahorre sufrimiento, por favor. cuando todo esté calmado y sea el momento, con una fina aguja, un poco más abajo del cogote, atraviese. sin palabras. sin gestos. economía de gesto.
Sublime. Me encanta
ResponderEliminarJuliet esto lo borda, let alone Benjamin Linus...
ResponderEliminarSon tiempos de cara de hielo.
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