I. caigo en la cuenta de que éste debe ser como el décimo libro consecutivo de vila-matas que me leo, pero ya no lo sé, tendría que contarlos y encima se llama "recuerdos inventados" así que ni siquiera sé si me los he leído o me lo estoy inventando. como siempre, no me acuerdo de nada. me da lo mismo porque uno no lee para recordar, sino para evocar. para que en ese tapiz verde que es el cerebro, las bolas no dejen de chocar, de hacer inverosímiles carambolas. adentro.
II. en esta casa, al que no le falta el dni, le falta el pasaporte o los tiene caducados, y yo que quería irme unos días a cork, donde fui tan feliz si es que no me lo invento. dicen que no hay que ir a los sitios donde has sido feliz pero yo siempre que puedo vuelvo y vuelvo cuanto antes. de sobra sé que lo feliz era que yo era joven y me fluía el entusiasmo y la vitalidad frescos, como sangre por dentro recién sacada del frigorífico y tenía todas las piezas en su sitio y creía que tendría una vida y el cuaderno estaba por escribir. yo ya sé que eso no va a volver, pero tengo la estúpida esperanza de que un olor (a hierba recién cortada y húmeda, por ejemplo) me retrotraiga no ya a aquellos momentos, sino a a aquel estado. yo sólo busco caminar por las calles, que algo, cualquier cosa, me entre en el ojo y ya mi cerebro hará el resto. encadenando absurdos y naderías.
III. trato de reactivar mi deseo porque sé bien que la edad de uno es la edad de su deseo.
IV. va a ser el año de forlán y en otro april explicaré, si es que vivo, por qué eso va a ser así.
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