14 julio 2011

verano raro

I. un verano más raro que la hostia. partido en quincenas, heterodoxo, medio en casa medio no. estoy tratando de aprovechar el pie cambiado. es como todo, ¿sabes? ves cómo está la hierba y te adaptas a ella. este campo no es que sea malo. es que es raro. mientras le cojo el tranquillo, la cuñadita y yo no hemos perdido los nervios y eso está bien. yo que la gente exprese el afecto intenso lo veo bien, pero expresarlo yo, no. en todo caso es una frikada de verano hasta la fecha.
sin referentes claros. como si casillas hubiese hecho la raya esa de los porteros bebido.

II. estoy que no sé si triunfar o no. por un lado, no. me disgusta la imagen y me molestan los efectos colaterales. incluido el dinero. por otro lado, ¿entonces qué? claro que hay que definir bien a qué vamos a llamar éxito. pero hay un costado del éxito que es éxito y es así y ya está. es como algunos caldos. irreductible. "si no mejoras, empeoras". eso lo pienso todos los días. pulir la destreza tecnica, la precisión, la ortodoxia, eso ha sido así siempre. no hablo de eso ahora.


III. puede que el balón del pase diagonal baje con mucha agua.


IV. las cosas menos raras del verano son: tengo una alcachofa de ducha exterior aunque no del todo la casa que la complementa y tengo una funda cargadora para el iPhone modelo trasatlántico-portaaviones y no bajo del 100% de energía. en el iPhone. en mí mismo la cosa no va ni mucho menos tan bien y busco como un perro sabueso el chasquido de auster.

2 comentarios:

  1. sin que nadie me lo pregunte yo creo que la pregunta es: dónde quieres el triunfo? en el éxito o en el reconocimiento? el éxito es algo íntimo, un examen personal. lo otro, el reconocimiento es algo diferente, es lo que te da la mesa en el restaurante.

    ResponderEliminar
  2. la 1, la a). con la tortilla de calabacín de la cuñadita, ¿quién iba a querer una mesa?
    me explicaré mejor, no obstante. son los 41. los 41 y la montaña.

    ResponderEliminar