I. después de 24 horas de duro trabajo, me encomiendo, al llegar a casa, al firme propósito de no hacer nada. dice vila-matas que sandokán el elegante pirata en la costa malaya dejó esto: "hago un esfuerzo titánico en mi labor de no hacer nada". en mi alta traición muy bien consumada, siempre estoy haciendo algo. y para más horror, algo de provecho. estoy haciendo los deberes en lugar de estar soñando por los rincones, como el anti-holderlin que quisiera ser holderlin que yo soy. afuera acecha la chica de la limpieza. afuera de este santuario hikikomori que es mi dormitorio (y por qué no decirlo, el dormitorio de la Cuñadita también). este dormitorio forrado de una tela anti ruidos de discoteca que le sobró a mi cuñada, la hermana de la Cuñadita, cuando reformamos esta casa. pero no es ella, la chica de la limpieza, ni las fuerzas de la Realidad, tantas veces injustamente culpada, sino yo mismo, una parte de mí mismo, la que no me deja hacer lo que tengo que hacer, que es exactamente nada. tengo una pasión desenfrenada por muchas cosas y eso me ha valido de excusa durante mucho timepo para justificar mi frenesí, mi no pararme. pero no es, seamos honestos, ni mucho menos, la whole picture. soy yo el responsable. una parte mía muy grande, una que hace body building. le veo al demonio a lo lejos, a lo lejos del miércoles, que no es tan lejos, afilando la catana. en la hoja está escrito, estará escrito: "usted tiene una culpa profunda y antigua que es la que le hace no estarse quieto. usted no es japonés. míreme a los ojitos. pensemos qué culpa arrastra usted". le diré que estoy tumbado, que no puedo mirarle a los ojitos. me dirá: "no me venga usted con excusas. ¿qué expía usted?". la cuñadita trata de ayudarme a no hacer nada. se lo oí a nico ayer en deportes cuatro: "detrás de cada gran hombre hay una gran mujer. detrás de cada gran mujer hay un hombre que hace lo que puede". altura de vuelo. yo se ve que no puedo mucho.
II. y esta noche, si sigo consiguiendo no hacer nada, está difícil, concierto de nacho vegas. no es tanto lo que nos diga, sino cómo nos lo diga. ahí estarán las claves. las claves para seguir jugando a este juego de la oca maravilloso donde una cosa te lleva a otra. este chocar bolas de billar en mi cabeza que yo tanto asocio a la vida, al pacer. eso y el sentido.
III. miraba ayer esas señoras ridículas de miami ricas y me daban ganas de decirles: no es eso. no es la posesión. es el sentido. pero a la tele, por esos agujeros construidos para tal fin aunque los vendan como altavoces, sólo le entran ya los consejos que quique no sigue.
IV. se pregunta vila-matas cuál es, cuál fue la relación de kafka con el dinero. la relación de cada cual con su dinero sigue siendo un tabú silencioso. con lo que podríamos aprender los unos de los otros en esto. son maneras de vivir, en definitiva. una vez compré un libro que se llamaba "el sexo oculto del dinero". pero no lo leí. seguramente porque temía encontrar demasiada verdad en él. como willy deville.
"El placer de no hacer nada,puro placer",si fuera posible...intentas no hacer nada ,pero piensas, escribes, elocubras sobre el bendito placer de no hacer nada después de haber hecho mucho.....y todo eso con la chica de la limpieza amenazando jejejejeje muy bueno!!!
ResponderEliminarLlevas toda la razón detrás de cada mujer hay un hombre que hace lo que puede ¡¡¡Bueniiiiisimo!! tío, muy bueno.Intentaremos estar a la altura y detrás ,siempre detrás,jejejejej.
Un abrazo.
Eso de saber no hacer nada es muy difícil.Los clásicos distinguian entre hacer y hacer algo " de provecho".Entre no hacer nada y hacer algo realmente de provecho nos movemos la mayoría.
ResponderEliminarDetrás de una gran mujer siempre hay un hombre estupefacto, son rara avis. Grandes hombres ni te digo.
El dinero es de quien lo gana,de quien lo guarda o de quien lo gasta?
No sigo porque estoy muy obtuso
Ayer fue mal día para dejar de ser lo que siempre se ha sido... #yoconfieso, seguiremos intentándolo.
ResponderEliminarEl dinero está para gastarlo, pero sí, la relación que cada uno tenemos con él dice muchísimo de nosotros. Como cuando te arrancan un pelo para meterlo en una probeta y decirte quién te dio el primer beso.