22 octubre 2012

sobre el arte y la necesidad de la construcción del enemigo (y su mantenimiento) (I)

I. todo empezó así. escuchaba, leía, a personas a las que tengo en altísima consideración intelectual y a las que además, sucede que amo. el mensaje, al menos tal y como yo lo entendía, era que la singularidad vasca era tan tan compleja, que no podíamos entenderla. de pronto, tuiteando, me di cuenta de que había un momento en el que mourinho y el país vasco se daban la mano. perplejo ante lo que ante mí veía, me puse a pensar. en esta era de nacionalismos, castas, escisiones y pensé más allá de la cuestión vasca, de cuánto me serviría mi pensamiento para entender los tiempos.

II. la receta: ¿qué lleva en sí un enemigo?

a) no es yo. es no-yo. es un otro.
b) es peor que yo. es devaluable.
c) alberga intenciones hostiles para conmigo.
d) sostengo con él una relación de odio.
e) no quiere entenderme (ni por tanto yo a él).

III. ¿es o se le construye?

supongo que si estás leyendo en un banco en la calle y te pregunto y te me quieres quitar de encima rápido dirás que es. es enemigo en sí mismo. nace de sí mismo y nace así. estaba allí cuando tú llegaste.
en otra lectura, yo lo construyo. elijo. lo reconozco (lo selecciono), lo fijo y le coloco todo aquello que siendo que es parte de mí no deseo que lo sea. es, va a ser, la sede, el continente, el depositario de todo lo mío que no quiero seguir teniendo.

IV. no es sólo fundarlo (descubrirlo), sino mantenerlo como tal. que sea una imagen estable. hay enorme variabilidad en esto. algunos con uno solo y gordo se mantienen toda la vida. otros necesitan muchos enemigos y una alta tasa de recambio de éstos.

V. ¿y qué hay de él?
un buen enemigo reacciona, entra al trapo, juega. acepta la propuesta de serlo (el enemigo), el encargo, y lo encarna. se comporta como tal y nos mira en espejo. esto consolida la separación y alimenta el odio y el miedo mutuos.
un mal enemigo no acepta el rol y deja de ser un enemigo. será, pues, un simple idiota o nadie.

VI. separación vs construcción del enemigo
parece tarea necesaria, sobre todo en los inicios, delimitar qué soy yo y qué es un otro. un paso necesario. la separación funda algo, permite algo. la diferencia sería que esta separación no tendría por qué incluir agresión, hostilidad. el otro es otro y bien está que lo sea. mejor para todos que nos enriquecemos de las diferencias. el enemigo es un otro trufado de agresión.

VII. y el último lazo del bucle y se acabó la zapatilla: el riesgo estaría en generar una nueva separación hostil, los que entendemos esto, seres dotados,  y los idiotas que no lo entienden o que discrepan. otro día, una posibilidad.

2 comentarios:

  1. lolaschul22.10.12

    en mi opinión, y eso intentaba explicar en twitter estar mañana, el fenómeno se da en ambos lados.

    ninguno de los dos "bandos" se pone en el lugar del otro.

    y sí, las diferencias deberían servir para enriquecernos. creo que con el tiempo, lo conseguiremos.

    pd. el punto VI mi favorito.

    pd1. gracias por aportar a este tema. muy necesario ver todas las visiones. cuanto más sepamos todos, mejor.

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  2. gracias a vosotras que me habéis hecho pensar y con quienes he podido enriquecer mi mirada a través de un intercambio cariñoso.

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