I. voy a ver la casa. el dueño la quiere vender. yo ya no estoy interesado en comprar. comprar no es postmoderno. postmoderno es alquilar. y más postmoderno, nada. la casa es muy bonita pero esto es un estercolero. el tipo vive ahí. lo creas o no vive ahí. va fumando un purito y arroja la ceniza al suelo. se ha dado con el portón trasero del coche en la frente y lleva un trapo con hielo en lo alto de la cabeza. lo sostiene con una mano. el tipo es médico. la aguanta puesta diez segundos y la tira. al suelo. no he dormido y llega un momento en que no sé si lo que estoy viviendo es real. me dice: "pensar no es bueno". le pregunto por qué no es bueno. me dice que porque piensas una cosa pero sale otra. pasa otra. las cosas salen distintas de como las habías pensado. varios divorcios, la debacle profesional y esta casa le dan la autoridad para hablarme como me está hablando.
II. siempre dejo a la gente que hable. mi padre decía: "no hablo porque lo que vaya a contar, yo ya me lo sé". al final el tipo me ha empezado a decir que comprar es una mierda, que te atas a los sitios, que los bancos son unos cabrones. me quería vender una casa. si te callas lo suficiente te lo dirán todo.
III. si piensas una cosa y sale otra, te decepcionas. si puedes con eso, sigues, haces. si no puedes, te quedas. ya no haces nada. te clavas. como en un puerto de montaña del tour.
IV. la mejor decepción es la de uno mismo. uno creía que era la polla y resulta que no lo es. pues bien, eso que uno sí es, lo que sí, es lo que hay. es suficiente y con eso tiras. vas. plácida y bien decepcionado de tí. libre para fallar. libre para ser (eventualmente) mediocre. ligerito de equipaje.
P.S: la decepción nos hará libres
ResponderEliminarUna casa sólo hay quie comprarla cuando uno está seguro de que ella va a ser tu paz, tu refugio, tu escudo contra las inclemencias del mundo. Si sólo va a ser una carga más en la mochila cada vez que te venga la idea de comprarla coges una plancha, la pones al rojo vivo, te quitas el pantalón y la aplicas contra el muslo; así una y tantas veces como te venga la idea. La idea de comprar una casa es como un león que te acecha, con las fauces abiertas: o le tienes más miedo al león o a la plancha al rojo vivo.
ResponderEliminarLo único que vale en el mundo es conocer los propios miedos y aprender a blindarte contra ellos o a desafiarlos con valor. Cerrar la puerta y encerrarlos sólo sirve para saber que ahí estan.
¡¡mu bueno,mu bueno! Luis ,papuchi .¡¡Esto es la caña!!!.
ResponderEliminarcomo el discurso de george cloney en up in the air...
ResponderEliminarya te digo yo que las tortugas son muy sabias. llevan la mochilica a cuestas y así ya saben lo que les cabe y lo que no. lo que les pesa y lo que no.
conclusión: hay que imitar a las tortugas.
Muy buena entrada. Y muy bien Papuchi, para variar.
ResponderEliminarA mí sólo me cabe mi decepción, en la mochila, ni una más. Así que dile al de la ceniza que adios.
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